Un nuevo atardecer,
fugaz, tímido y escaso
que a la vez detiene el tiempo,
junta manos, funde labios
y dibuja sueños.
Y en las antípodas el alba,
que esconde amantes,
hace cantar a los pájaros,
ilumina la ciudad
y despierta al campo.
Y en algún lugar
alguien piensa
en qué hará mañana
cuando el sol de nuevo salga
y brille con más fuerza.
Y el balance se logra
cuando te detienes,
disfrutas el mundo
respiras, y simplemente
sonríes