Brindando, con las tarrinas del helado,
como el viento de un pasado que el futuro nunca vio
Sintiendo, como siente un sinsentido
como la copa de vino que manchó tu salón
Pisando, la arena de esa playa,
donde el mar nunca descansa y se lleva la razón
Donde los techos, de esa gente sin tejado
que la vida ha desechado son de paja y de cartón
Y si se detuviera el tiempo
para que recobrar el aliento
mirar al mundo lento
y gritar a los cuatro vientos
que nos falta amor
Jugando entre los postes de madera
enredados en las redes que nunca atrapan el gol
Corriendo por praderas desangeladas
como Bruselas apagada añorando su sol
Riendo, de la pena y la desdicha
de las ganas de ignorancia y de la sinrazón
Agotados del hastío, de ahogarnos en el vino
de querer controlar el control
Y si se detuviera el tiempo
para que recobrar el aliento
mirar al mundo lento
y gritar a los cuatro vientos
que nos falta amor