Me miras, y en tus ojos me veo caer,
en esa mirada cómplice,
en esa semi sonrisa que escondo
que me hace sentir tan bien.
Tus caricias me acompasan
me destronan sin saberlo
conspirando esta noche
al calor de la luna.
Desnudas mi alma
en los abrazos que me diste
en las palabras que no escondiste
y los desdeños de tu piel.
Y poco a poco
enredados en peldaños de escaleras que no suben,
entre por qués y para qués,
el tiempo nos delata.
Volviendo sin quererlo
al lugar donde jugábamos
tantas noches, pretendiendo
ser amantes, que en realidad,
se amaban.