Madrid despierta, aletargado como yo
buscando un café que lo active,
el calor del sol, o tu abrazo.
Vuelven los ruidos, los estallidos,
los rugidos de los tubos de escape,
las prisas y desalientos,
y me faltan, las faltas de respeto.
Quiero, despertarte con besos, mirarte dormir,
embarcarme en tu embrujo y dejarme llevar,
escuchar la ciudad y quedarme
en el silencio de tu aliento.
Que la excusa para los cinco minutos sean tus caricias,
cambiar el roce del metro por el de tu cuerpo,
contar las paradas a través de tu pecho
y detenerme en cada estación enredado en tu pelo.
Que el hastío a la rutina sea un mantra,
que cada día lo veamos cambiado,
quiero acostarme contigo
pero prefiero, despertar a tu lado.