Hoy sus ojos no la verán,
pero su fino hilo de voz seguirá sonando en su cabeza amueblada.
Hoy sus ojos no la verán,
pero el espacio de la cama quedará intacto
y su hueco en la silla nadie lo ocupará.
Hoy sus ojos no la verán,
pero seguirán sonando las alarmas insonoras,
la llamada de las gotas
y la paciencia infinita.
Hoy sus ojos no la verán
y se llenarán de lágrimas,
encharcando la pena
y dando consuelo a un alma rota.
Hoy sus ojos no la verán,
pero su recuerdo seguirá para siempre
y su corazón latirá
con la fuerza del amor que se tenían.
Hoy sus ojos no la verán,
pero sabe que se reencontrarán en el recuerdo eterno